Los empresarios contratan un proceso intensivo de “Reingeniería Financiera” por diferentes razones.
En los artículos anteriores mencionamos dos:
- Empresas que ya están enfrentando una crisis financiera severa y que parece amenazar la existencia de la empresa.
- Empresas que están sobre la ola de un crecimiento sorpresivo y acelerado; pero que saben que quizás no cuentan con la estructura ni el capital para que ese crecimiento sea sano, rentable y sostenido.
Pero hay otras razones para hacerlo:
- El empresario está “sintiendo” que las cosas no andan bien. Lo percibe en algunas situaciones que se están dando con más frecuencia: alta rotación de personal; buenos elementos dejan la empresa; lo proveedores y los bancos empiezan a presionar por un pago puntual; se presiona el cobro para cubrir el pago de planillas, impuestos, o algunos costos fijos importantes como los alquileres o arrendamientos.
- Tienen una empresa sana, pero el empresario nota que la competencia está creciendo o que cada vez hay más competidores en el mercado. O incluso productos nuevos que podrían llegar a amenazar los que le “da de comer” a la empresa.
- La empresa puede expandirse a nuevos mercados o agregar nuevos productos, pero el empresario desea asegurarse de que está en capacidad de asumir esos nuevos retos.
La tarea del empresario que busca un crecimiento rentable, debe ser tomada con entusiasmo y energía, porque son muchas las herramientas que tiene que aprender a aplicar para lograr su meta. El empresario debe asegurar de implementar mejorar y reforzar controles en las áreas críticas:
- Generar un ambiente que estimule la creatividad dentro de la empresa, que promueva incrementos en las ventas, sin que tengan que aumentar los costos fijos o los recursos invertidos. ¡Esto es lograr mayor productividad en las ventas!
- Modificar los presupuestos para que estén orientados el crecimiento, que generen disciplina en la empresa y una correcta asignación de los recursos.
- Obtener un mayor conocimiento sobre las verdaderas necesidades del cliente y del segmento de mercado que se atiende, buscando nuevas formas de satisfacer dichas necesidades.
- Buscar cómo ofrecer a nuestros clientes una razón de peso para comprar, que signifique una verdadera diferencia con la competencia.
- Crear un sólido espíritu de equipo, orientado a resultados, entre las diferentes áreas de la empresa: producción, ventas, finanzas, recursos humanos, etc.
- Estimular la generación de ideas (seleccionar, nutrir y lanzar) que agreguen ventas en el corto y mediano plazo.
- Crear la conciencia y las disciplinas necesarias para que exista un mayor control sobre los costos de cada producto o servicio, enfocando el análisis de ellos, en su rentabilidad individual.
- Desarrollar programas que midan, conozcan, controlen y administren mejor los costos fijos; evitando que crezcan cuando no es realmente imprescindible, sino todo lo contrario, tratando de reducirlos sin que se afecten las operaciones.
- Desarrollar y estimular la capacidad de comprender efectivamente lo que desea el cliente, e incluso de saber si la empresa está en el nicho de mercado que le corresponde.
- Hacer lo mismo con la capacidad de innovar y desarrollar nuevos productos o servicios.
- Estimular las competencias y habilidades de una fuerza de ventas realmente competente.
- La capacidad de:
▸ Conocer con precisión los costos de cada producto o servicio.
▸ Controlar y modificar los costos de producción de cada producto o de cada servicio.
▸ Adaptar la estructura de la empresa a sus necesidades y sacar el mayor provecho a los costos fijos.
▸ Modificar o negociar la estructura de apalancamiento y el costo del capital.
Todos estos conocimientos, capacidades y competencias son herramientas en las que el empresario debe invertir tiempo y dinero. Están relacionadas con indicadores de crecimiento que deben aparecer en la pantalla de radar de todo empresario, y que debe mirarse todos los días.
El día a día de las empresas es frenético y mucho de ese frenesí se da porque las energías están enfocadas en generar más ventas, ese mismo ímpetu debe orientarse a recuperar el cobro de esas ventas. Pero más importante todavía, es crear una nueva fuerza que mueva la empresa, la fuerza que busca el crecimiento de las ganancias, el crecimiento rentable.
Si tu empresa no está generando las utilidades que desea, si piensas que puedes obtener más ventas y más ganancias, si el momento por el que pasa tu compañía o la economía no permite que crezcan las ventas, pero deseas que sí crezcan tus utilidades, debes saber que SÍ ES POSIBLE un crecimiento rentable, aún en épocas de crisis.
Lecturas sugeridas:
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